Conducir su silla eléctrica de ruedas a toda velocidad por las calles de Cambridge le costó a Stephen Hawking incómodas apariciones en la prensa, encontronazos con la policía y numerosos accidentes que a menudo acabaron en el hospital. Yo creo que esta manera alocada, casi suicida, de conducir su silla ha sido un reflejo de laintensidad con la que ha vivido.
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